Cuenta la leyenda que en 1989 dos estudiantes de Historia Medieval se conocieron en la facultad, se dieron cuenta que compartían los mismos gustos musicales y comenzaron a mezclar discos en reuniones de amigos. Hasta aquí un relato bastante común. Lo que no es nada normal fue lo que sucedió algunos meses después.
The Chemical Brothers, este dúo de DJs formado por Tom Rowlands y Ed Simons, pasó de sus reducidas fiestas a las grandes pistas londinenses. A fuerza de performances sobresalientes, se convirtieron en objeto de culto para la exigente escena inglesa que aún gozaba de la bondades del britpop. Con semejante respaldo pasearon sus frenéticos beats por las bandejas de Europa, Ibiza y Estados Unidos, además de ser soportes de Oasis en varias oportunidades.
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